17 de Abril de 2022. 8:53 am.
El Torneo Apertura 2002 fue el primero que el legendario Daniel Alberto Passarella dirigió a los Rayados. Ese primer semestre fue, de común acuerdo entre directiva y cuerpo técnico, de prueba para Passarella.
Le sirvió para conocer bien al plantel y al futbol mexicano en general. El equipo se quedó fuera de esa Liguilla, pero Passarella, su auxiliar técnico Alejandro Sabella y la directiva no perdieron tiempo para analizar los refuerzos que el equipo requería.
De esta manera llegaron al equipo elementos como Luis Ernesto Pérez, Álex Fernandes, Ignacio Hierro y Jesús Mendoza. Los Rayados conformaron así un plantel muy completo para el Torneo Clausura 2003.
El plantel de los Rayados en el Torneo Clausura 2003.
Para el arranque del torneo, los Rayados visitaron en la jornada 1 al Atlante. Faltando nueve minutos para el final del partido, Jesús Arellano anotó el gol que le dio el empate al Monterrey.
En la jornada 2, el equipo se presentó ante su afición en el Tecnológico al derrotar 4-2 al Morelia con goles de Daniel Román, Guillermo Franco, Jesús Mendoza y Álex Fernandes.
El director técnico Daniel Alberto Passarella (der.), junto a los directivos Luis Miguel Salvador (izq.) y Jorge Urdiales (der.).
El buen inicio de torneo del equipo corría peligro seriamente en la jornada 3. El calendario indicaba que Rayados tenía que visitar la difícil cancha del Olímpico Universitario el domingo 26 de enero de 2003 al mediodía.
Históricamente, esa cancha y ese horario han sido obstáculos muy difíciles para los Rayados. Sin embargo, Passarella estaba cambiando la mentalidad del grupo y los convenció de salir a ganar en cualquier cancha y circunstancia.
Otro problema que se le presentó al equipo para este partido es que aún se encontraba vigente aquel viejo decreto presidencial que impedía que los equipos contaran con cinco extranjeros sobre la cancha en partidos celebrados en el Distrito Federal.
Daniel Passarella sacrificó al Guille Franco y lo dejó en la banca. El resto de los extranjeros: Pablo Rotchen, Flavio Rogerio, Walter Erviti y Álex Fernandes estuvieron de inicio. La alineación la completaron Juan de Dios Ibarra, Daniel Román, Ignacio Hierro, Héctor Castro, Luis Ernesto Pérez, Jesús Arellano y Jesús Mendoza.
Pablo Rotchen, un defensa férreo.
El partido inició cuesta arriba para los Rayados. Apenas al minuto 7, el brasileño Ailton da Silva adelantó al cuadro universitario que dirigía Hugo Sánchez. En los siguientes quince minutos, los Pumas llegaron con insistencia a la meta de Ibarra, pero no lograron aumentar el marcador.
Aunque el partido se fue equilibrando en llegadas, al Monterrey le faltaba ser más contundente en el área enemiga.
El primer tiempo concluyó 1-0 a favor de los locales. Para el segundo tiempo, Passarella ordenó dos cambios que serían claves. Mandó al campo al Guille Franco. Para ello, sacó de la cancha al central brasileño Flavio Rogerio.
Además, sacó a Ignacio Hierro y en su lugar envió a Ismael Rodríguez. El “Mayelo” Rodríguez se colocó en la defensa central y a Walter Erviti lo puso de carrilero por izquierda.
Adelante, Franco y Álex comenzaron a juntarse con Arellano y el peligro sobre la puerta de los locales aumentó considerablemente.
En el minuto 60, Franco desbordó por la banda izquierda y, antes de entrar al área, eludió a dos rivales y tocó en corto para Luis Pérez.
“Lucho” le regresó la pared y, ya dentro del área, el Guille avanzó casi hasta línea final para sacar un centro medido para Álex Fernandes, quien, de zurda, empalmó de primera intención para anotar el gol del empate.
Álex Fernandes (cen.) festeja su gol con Daniel Román (izq.) y Jesúe Arellano (der.).
En el minuto 72, Passarella sacó del campo a Jesús Mendoza para el ingreso de Omar Avilán, mientras la presión rayada agobiaba a los Pumas. Estos cometieron una falta en tres cuartas partes de la cancha.
Al 73’, Ismael Rodríguez cobró enviando un centro al área grande para Franco. El Guille recibió el balón de espaldas a la portería y con un defensor encima.
En una gran maniobra, Franco le hizo un medio “sombrerito” al defensor y se enfiló al marco y disparó cruzado con la pierna izquierda para vencer al portero Sergio Bernal y adelantar a los Rayados.
Guille Franco entró de cambio y tuvo una gran actuación.
Lamentablemente, la alegría duró poco en el bando rayado porque tres minutos después, puso el 2-2.
Todo parecía indicar que el partido terminaría en un emotivo empate a dos. Sin embargo, faltando cuatro minutos para el final del partido, Omar Avilán condujo el balón desde unos metros adelante del medio campo.
Los Pumas estaban mal parados y Avilán no lo dudó y filtró el balón para Franco. El Guille, teniendo enfrente solo a un defensor, lo eludió con destreza e ingresó al área.
El balón le quedó a su pierna izquierda, pero Franco demostró su técnica con ambas piernas y sacó un disparo raso y cruzado que dejó sin oportunidad a Bernal.
Guille Franco festeja el triunfo con Álex Fernandes.
Los jugadores rayados celebraron efusivamente. El Guille marcaba un doblete y había puesto un pase para gol en solo 45 minutos. Sin duda, hasta ese momento, ese fue su mejor partido desde que llegó a México.
En la banca, todos los jugadores rayados celebraron efusivamente con Passarella. El plan de juego del técnico argentino había salido a la perfección, lo que facilitó que el plantel creyera en la idea futbolística de su director técnico.
A partir de entonces, los resultados positivos serían frecuentes y el Monterrey se encaminaría a una Liguilla histórica en la que obtuvo su segunda estrella.
Alberto Barrera-Enderle