05 de Junio de 2021. 6:03 pm.
Los Rayados rozaron la gloria del campeonato en la temporada 1963-64. En la hasta entonces corta historia del Club, esa había sido la mejor temporada del equipo en Primera División.
El Monterrey lideró el campeonato gran parte del torneo y terminó en tercer lugar general, mientras que en la Copa perdió el título en serie de penales.
La Afición espero impaciente el inicio de la temporada 1964-65, la que debería ser de consolidación de los Rayados como un firme contendiente al Título. La salida del delantero brasileño Javán Marinho no gustó a la Afición Rayada, pero la directiva respondió adecuadamente sustituyéndolo por el también brasileño Olinto Rubini, gran goleador que jugaba en el Oro de Guadalajara.
Olinto Rubini llegó en la temporada 1964-1965.
Los días previos al inicio de la temporada 1964-65 la preocupación entre la afición se expandió. El Monterrey solo tenía 12 jugadores firmados previo al arranque de la campaña. El primer rival sería el desconocido Cruz Azul, un joven equipo de la pequeña ciudad Jasso, Hidalgo, que había logrado el campeonato de la Segunda División en la temporada 1963-64 de la mano del técnico húngaro Jorge Marik.
El equipo cementero estaba conformado por puros jóvenes mexicanos y era bien dirigido por Marik quien, por cierto, dirigió al Monterrey en la primera parte de la temporada 1958-59, cuando los Rayados estaban en la Segunda División.
Publicidad del partido Rayados vs Cruz Azul del 6 de junio de 1964.
El inicio de la temporada estaba a solo unas horas y la expectación crecía. Entre la Afición regiomontana a los deportes se hablaba de dos cosas en esos días: del tercer juego sin hit ni carrera que acababa de lanzar Sandy Koufax y de la inminente contratación del legendario portero Jaime “Tubo” Gómez.
El famoso “Tubo” llegó a la capital de Nuevo León el jueves 4 de junio por la noche. El viernes apenas si entrenó y conoció a sus compañeros y el sábado estuvo listo para debutar. Gómez fue el portero titular del “Campeonísimo” Guadalajara por 14 años logrando 6 títulos de liga con el “Rebaño Sagrado”. Ahora llegaba a “La Pandilla” para tomar el lugar que dejaron vacantes Pablo Guerrero y el brasileño Amaury Fonseca.
De igual manera, Rayados anunció la contratación del defensor Javier Bazán, quien provenía del Nacional, otro equipo tapatío ya extinto hoy en día. Los tres nuevos jugadores Rayados (Jaime Gómez, Javier Bazán y Olinto Rubini) fueron considerados por el técnico Roberto Scarone para ver acción en el partido ante Cruz Azul. Finalmente llegó el sábado 6 de junio de 1964 y la Afición se dio cita en gran cantidad para el inicio de las acciones que arrancaron a las 20:45 de la noche.
El director técnico Roberto Scarone da indicación a los jugadores.
Scarone ordenó que iniciaran los siguientes once jugadores: Jaime Gómez; Javier Bazán, Alfredo Gutiérrez e Ignacio Jáuregui; Ángel Lama, Claudio Lostaunau, Jorge Molina y Newton Lourenço Nascimento “Humaitá”; Gustavo Cuenca, Olinto Rubini y Raúl Chávez de la Rosa.
El debut del Cruz Azul fue desafortunado, apenas a los nueve minutos, Héctor Pulido, jugador que en el futuro habría de convertirse en leyenda histórica del Cruz Azul, intentó desviar un tiro potente de Humaitá, pero solo consiguió desviarlo y enviarlo al fondo de su propia portería.
Javier Bazán debutó como Rayado en este partido.
Dos minutos después, Raúl Chávez escapó por la izquierda, ingresó al área y disparó potente a la portería. El arquero celeste, Jesús “Charro” García rechazó el disparo, pero el balón le quedó a modo a Rubini, quien sin dificultades contrarremató para poner el 2-0 y estrenarse como goleador rayado.
Todo indicaba que el Cruz Azul se llevaría una goleada de escándalo. Rayados ya lo ganaba por dos y no había ni siquiera metido el acelerador. Sin embargo, el novel cuadro cementero sacó el orgullo y empezó a recuperar balones y a empujar al frente. En el minuto 28, un jugador celeste fue derribado dentro del área y el árbitro Abel Aguilar decretó el penal. El ex rayado Raúl “Pecas” Arellano lo cobró y descontó para el cuadro hidalguense.
Parecía que el partido se nivelaba, pero siete minutos después, Humaitá puso el tercero para el Monterrey al rematar de cabeza un centro del “Jarocho” Jorge Molina. Con el marcador 3-1 a favor de “La Pandilla”, los equipos se fueron al descanso. En aquel tiempo aún no se implementaban los cambios en el futbol por lo que los once que iniciaron habrían de continuar en el complemento.
Jaime “Tubo” Gómez debutó con el Monterrey en ese partido y tuvo una tarde tranquila.
En la segunda mitad, el Monterrey bajó el acelerador. El equipo apenas regresaba de un largo receso por lo que los jugadores aún no tenían ni el ritmo ni la condición física idónea así que fue prudente que se administraran y dejaran que fuera el rival quien hiciera el desgaste. Los once jugadores visitantes lo intentaron, corrieron, pelearon balones, pero no lograron inquietar a la meta defendida por el “Tubo” Gómez. Los defensores rayados, incluyendo al debutante Bazán, tuvieron una gran noche controlando los embates cruzazulinos.
El partido expiraba y el marcador parecía ya no moverse. Sin embargo, tres minutos antes del final, el capitán rayado Ángel Lama recuperó un balón en el medio campo y cedió para el talentoso Claudio Lostaunau. Con su habitual clase, el peruano se quitó a dos marcadores y envió un trazo largo al lado izquierdo del área. Raúl Chávez bajó magistralmente con el pecho el centro de Lostaunau y con la misma recepción amagó a un defensor para después tocar elegantemente sobre la salida del portero y lograr el cuarto gol que puso cifras definitivas.
Raúl Chávez anotó el cuarto gol del Monterrey.
Los Rayados iniciaron la campaña a tambor batiente venciendo con comodidad al Cruz Azul, equipo que hacía su debut en el máximo circuito. El periódico El Porvenir describió el triunfo rayado así: “Triunfo contundente del Monterrey, 4-1. Desplazamiento de vértigo y lucha estéril del Cruz Azul”.
Los de Scarone arrancaron con el pie derecho la temporada generando buenos augurios de lo que habría de venir en la campaña. La Afición salió entusiasmada con lo que vio en la cancha. La espera de semanas por volver a ver a su equipo valió la pena. El Monterrey estaba para grandes cosas.
Alberto Barrera-Enderle