El Club de Futbol Monterrey recibió el golpe más duro de su larga historia la noche del viernes 14 de septiembre de 1945: el autobús en el que nuestro equipo viajaba a Guadalajara, para enfrentar en el tercer partido de la temporada al Club Oro, se incendió mientras cargaba combustible.

La mayoría de nuestros jugadores se encontraban dormidos y fueron despertados abruptamente por las llamas.

Al menos 10 elementos resultaron con graves heridas. José “Che” Gómez arriesgó su vida para rescatar a sus compañeros a pesar de haber quedado también envuelto en llamas.

Tristemente, otros dos jugadores, Guillermo “Cuadros” Vidal y Enrique Lizano, perdieron la vida tras pasar semanas convaleciendo en el hospital.

El jugador Evaristo Amezcua jamás pudo volver a jugar; otros, como el “Che” Gómez, pudieron volver a hacerlo tras meses de reposo.

Este terrible accidente marcó el rumbo de nuestro equipo durante la temporada 1945-1946.

Pese a la tragedia, el Club de Futbol Monterrey logró jugar los 30 partidos de la temporada y, al final de la misma, la directiva tuvo que solicitar su retiro temporal de la competencia.

Alberto Barrera-Enderle