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TRIUNFO SOBRE QUERÉTARO PERMITIÓ A RAYADO MANTENERSE EN LA CIMA PARA LOGRAR EL ASCENSO DEFINITIVO A PRIMERA DIVISIÓN

05 de Marzo de 2021. 5:23 pm.

En la temporada 1958-59, los Rayados tuvieron una de sus mejores campañas en su historia. En aquel momento se encontraban en la Segunda División y se quedaron a un paso de ser campeones y ascender.

En 32 partidos obtuvieron 24 victorias 3 empates y solo 5 derrotas. Además, habían anotado 82 goles y recibido solo 31. Sin embargo, el Tampico tuvo aún mejores números y se llevó el título, en una época en la que la rivalidad deportiva entre el equipo regiomontano y el tamaulipeco estaba en pleno auge.

Para la temporada 1959-60, los Rayados eran los favoritos para coronarse en la Segunda División junto al otro equipo de Tampico: el Ciudad Madero. Ninguno de los dos equipos defraudó y desde el inicio de la temporada iniciaron una enconada lucha por el título de liga. El torneo de liga 1959-60 de la Segunda División estuvo conformado por 18 equipos por lo que el calendario señalaba que la competencia constaría de 34 jornadas.


Ángel Lama recuperó muchos balones durante ese partido.

Después de 28 jornadas, cuando el torneo entraba en su etapa final, el empate en el primer lugar entre el Ciudad Madero y el Monterrey se mantenía. Ambos equipos contaban con 28 unidades y, en la jornada 29, ambos jugarían sus respectivos encuentros como locales. El sábado 13 de febrero de 1960, el Madero venció 2-1 al Cuautla. Al día siguiente, el Monterrey recibiría a un contendiente más peligroso: los Gallos Blancos del Querétaro.

Durante la semana, la prensa regiomontana especuló con la posibilidad de que los Rayados perdieran paso en su lucha por el ascenso. La alarma creció con la noticia del triunfo del Madero con lo cual el Monterrey estaba más obligado que nunca a vencer para volver a igualar al Madero en el liderato general.


Diego Mercado era el técnico rayado.

El técnico rayado Diego Mercado ensayó varias alineaciones porque varios de sus mejores elementos estaban en duda por algunas lesiones. Sin embargo, a la hora del partido, todos los jugadores se declararon listos.

Aquel domingo 14 de febrero de 1960 a las 15:30 horas, los siguientes once rayados saltaron a la cancha del Tecnológico: Humberto Gama; Pablo Thompson, Héctor “Cacho” Uzal y Jesús “La Chuta Medina; Eugenio Almirón y Ángel Lama; Agustín “Chiras” Prieto, Julián Briseño, Gustavo “Gato” Cuenca, José Antonio “Moro” Juárez y José Luis Pérez.


Gustavo Cuenca fue una pesadilla para la defensa queretana.

El partido inició con una férrea lucha en el medio campo. Los queretanos vinieron con la consigna de no perder ni dejar jugar al Monterrey. Las entradas violentas abundaron sobre las piernas de los albiazules. Los ataques rayados encabezados por Briseño y Prieto eran infructuosos. El gran goleador argentino de los Rayados, José Antonio Juárez, lucía desesperado al ver que no le llegaban balones.

Tras los primeros 45 minutos, la estrategia ultra defensiva del Querétaro se estaba imponiendo. Mercado habló fuerte con sus pupilos, les pidió más futbol colectivo, más paredes y más toques en corto. En aquel entonces no existían los cambios por lo que la posibilidad de enviar a alguien de la banca a la cancha para cambiar la cara de un partido era nula.


Humberto Gama y La Chuta Medina fueron puntales de aquel Monterrey de 1959-60.

Las recomendaciones de Mercado surtieron efecto y, en la segunda mitad, los espacios se abrieron y el Monterrey logró desplegar el futbol avasallador que le caracterizó durante toda la temporada.

En el minuto 51, Cuenca y su habilidad para retener el balón consiguieron un tiro de esquina favorable para los Rayados. Julián Briseño cobró con un centro cerrado a primer poste. Agustín “Chiras” Prieto se tendió de “palomita” para rematar certero pegado al poste y abrir el marcador. Los poco más de doce mil aficionados que se encontraban en la tribuna saltaron como resorte. En aquel entonces, al Tecnológico apenas le cabían poco más de 19 mil aficionados por lo que la entrada había sido estupenda.


Agustín Prieto anotó el primer gol de la tarde.

Las porras de la afición, tanto los de los sectores populares de sol como de los más acomodados de sombra, no cesaron. La afición hacia los Rayados estaba creciendo y el grupo de seguidores incondicionales que los apoyaba cada partido estaban plenamente entusiasmados y esperanzados a que el ascenso llegara en esa temporada.

Siete minutos después del gol del “Chiras” cayó el segundo. Nuevamente Gustavo “Gato” Cuenca hizo de las suyas por la banda derecha y tras burlar a dos defensores queretanos envió un centro a media altura. El portero rival salió a cortar el centro, pero antes de que pudiera llegar apareció la pierna derecha del “Moro” Juárez para rematar y poner el 2-0. Juárez, quien estaba en el equipo desde 1955, fue el máximo goleador de los Rayados en su paso por la Segunda División y pieza clave en los dos títulos de dicha categoría que obtuvo el Monterrey.


Pablo Thompson se adueñó de la lateral derecha.

El segundo gol noqueó al Querétaro. Los Rayados detectaron que era el momento de aniquilar cualquier posible reacción del cuadro visitante y se lanzaron con todo para ampliar el marcador.

En el minuto 64, Julián Briseño desbordó por la banda izquierda y, antes de llegar al final de la cancha, envió un centro atrasado al corazón del área. En ese sitio apareció puntual José Luis Pérez para brincar y asestar un testarazo que dejó inmóvil al guardameta visitante.

La felicidad en las tribunas fue inmensa con esa tercera anotación. El resto del partido el Monterrey paseó la pelota para consumir el tiempo e intentar, por la vía del contragolpe clavar un cuarto gol.

 


José Antonio Juárez anotó el segundo gol de la tarde.

 

Al final, el marcador ya no se movió. Los Rayados cumplieron al vencer con autoridad al Querétaro, apaciguaron cualquier duda sobre las aspiraciones reales del equipo y, lo más importante, volvieron a emparejarse con el Madero en el primer lugar de la tabla general.

En los restantes cinco partidos se definiría al campeón de la Segunda División. Los Rayados no aflojarán el paso y terminaron por coronarse campeones y lograr el ascenso definitivo al máximo circuito, donde han estado desde entonces.

La historia pudo haber sido muy diferente de no haber conseguido aquel triunfo frente al Querétaro hace poco más de 61 años.

Alberto Barrera-Enderle

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