El torneo Invierno 2000 fue el primero en el que técnico español Benito Floro pudo armar una plantilla a su gusto y prepararla durante la pretemporada.

Elementos como los brasileños Flavio Rogerio, Alessandro Correa y Argemiro Veiga, el venezolano Juan Arango y el español Francisco Javier Aguilera “Luna” llegaron para reforzar al equipo cuyo máximo referente era Jesús “Cabrito” Arellano.

En los primeros tres partidos no le fue bien al Monterrey; solo rescató un punto de nueve posibles. Sin embargo, a partir de la jornada 4, los Rayados tomaron un rumbo ganador gracias al surgimiento de una figura hasta entonces desconocida: Antonio De Nigris, y al hecho de que el equipo cada vez lograba jugar colectivamente mejor y conforme a lo Floro planeaba.

En la jornada 4, el Monterrey venció 3-1 al Puebla en el Tecnológico; en la 5, doblegó al América en el Azteca en una tarde inspirada de Toño De Nigris. En la jornada 6, con gol de Alessandro Correa, los Rayados vencieron a los Tigres en una edición más del Clásico Regiomontano. En la jornada 7, el equipo de Floro empató en el Olímpico Universitario ante los Pumas de la UNAM.

Benito Floro, Director Técnico de los Rayados durante la temporada 2000-2001.

Para la jornada 8, pactada para jugarse el sábado 16 de septiembre de 2000, los Rayados recibirían al Celaya con la consigna de seguir sumando puntos y, sobre todo, de confirmar a la prensa y a la Afición que los buenos resultados no habían sido producto de la casualidad sino el fruto del trabajo y del esfuerzo colectivo e individual de todo el equipo.

La Afición Rayada llevaba ya varios años anhelando ver a un Monterrey protagonista por lo que esta buena racha y el buen futbol desplegado provocaron que se generara una gran expectativa por ver el partido frente al Celaya.

Argemiro Veiga durante el calentamiento.

Ante un lleno de más de 33 mil aficionados, los Rayados saltaron a la cancha del Estadio Tecnológico con la siguiente alineación: Omar Ortiz; Paulo César Chávez, Gastón Obledo, Flavio Rogerio y Guillermo Chabrand; Héctor Castro, Argemiro Veiga, Jesús Arellano y Juan Arango; Antonio De Nigris y Alessandro Correa.

En cuanto el árbitro José de Jesús Robles ordenó el inicio de las hostilidades, el equipo de casa se lanzó con vehemencia al marco contrario.

Apenas a los 13 minutos, el Monterrey tuvo su recompensa. Arellano cedió para Arango quien, de aire y de primera intención, le regresó una pared para que “El Cabrito”, nuevamente de aire y de primera, bombeara sobre el portero y marcara un gol de enorme calidad futbolística, que desató la alegría en las tribunas.

Jesús Arellano demostró su gran futbol.

En el resto del primer tiempo el marcador no se incrementó de milagro porque el Monterrey tuvo al menos otras tres llegadas claras al marco del equipo cajetero.

Para el complemento, los Rayados salieron decidido a evitar cualquier sorpresa en el marcador y se lanzaron a asegurar la victoria desde el arranque de la segunda mitad.

Tres minutos después, Alessandro Correa amplió el marcador con un tiro potente desde fuera del área que el portero Fuentes no logró cortar.

El brasileño corrió a celebrar y sacó de sus ropas una pequeña bandera de México para celebrar el Día de la Independencia.

El 2-0 le quitó presión al Monterrey y le inyectó confianza, lo que permitió que se vivieran los mejores minutos en los que Arellano, Arango, Veiga y demás elementos ofensivos se dieron gusto armando jugadas colectivas de gran nivel.

En el minuto 56, Arellano recuperó el balón y cedió para Arango. El venezolano sacó un centro medido a segundo poste, en donde apareció la frente de Antonio De Nigris para rematar con potencia y poner el 3-0.

Antonio De Nigris realizó el tercer gol Rayado de la tarde.

En la poco más de media hora restante, el Monterrey se encargó de sobrellevar el encuentro. Floro realizó tres modificaciones para refrescar a sus elementos: Roberto Hernández Ayala entró en el lugar del “Tilón” Chávez en la lateral derecha en el minuto 75. Ricardo Carbajal sustituyó a Veiga en el minuto 81 y un minuto después, Juan Arango dejó su sitio para que ingresara Carlos “Bolis” González.

El Celaya logró descontar al 82’, después en una jugada en tiro de esquina.

Cuando el árbitro decretó el final del partido, los Rayados “gritaron” con fuerza que su buen futbol no era casualidad.

Ligaron así su quinto partido consecutivo sin conocer la derrota (cuatro de ellos triunfos).

El resultado le permitió al equipo de Floro llegar a 14 puntos y liderar el Grupo 3. La Afición, mientras tanto, salió contenta del Tecnológico y se dispuso a celebrar las fiestas patrias.

Alberto Barrera-Enderle