Hace 17 años los Rayados de Monterrey disputaron en el Estadio Tecnológico el Partido de Ida Final del Torneo Clausura 2003 en contra de Monarcas Morelia.

Tras 10 años de ausencia en las finales y 17 sin ser Campeones, los Rayados alcanzaron la instancia Final del torneo Clausura 2003 luego de haber concluido en tercer lugar la temporada regular y de dejar en el camino al Atlas y a los Tigres en Cuartos de Final y Semifinal, respectivamente.

La ciudad se desbordó de felicidad por el pase a la Final y las banderas azul y blanco inundaron de fiesta las calles de Monterrey.

La tarde del miércoles 11 de junio de 2003, el tráfico se intensificó alrededor de las cinco de la tarde.

Los Aficionados Rayados se apresuraban a salir de sus trabajos y escuelas para trasladarse hasta el Estadio Tecnológico o hacia el punto en el que se reunirían para ver el partido.

En todo Nuevo León no se hablaba de otra cosa que no fueran los Rayados y la Final. Sin embargo, la conquista del título no sería tan fácil porque el rival sería el Morelia, el equipo que terminó en primer lugar en la temporada regular.

Daniel Alberto Passarella mandó a la cancha la siguiente alineación: Ricardo Martínez; Ismael Rodríguez, Pablo Rotchen, Flavio Rogerio y Elliott Huitrón; Héctor Castro, Luis Ernesto Pérez, Walter Erviti y Jesús Arellano; Guillermo Franco y Álex Fernandes.

Jesús "Kbrito" Arellano, Capitán de los Rayados durante esa temporada.

Salvo la ausencia por suspensión de Paulo César Chávez, Passarella pudo contar con sus titulares habituales para tan importante compromiso.

El Estadio Tecnológico, que lucía abarrotado desde varias horas antes, vivió una fiesta en su graderío en los minutos previos al inicio del partido.

Felipe Ramos Rizo ordenó que iniciaran las acciones y de inmediato los Rayados se lanzaron al frente.

Conscientes de que su partido era el de la ida por ser locales, los albiazules salieron a comerse el balón desde el arranque y muy rápido encontraron su recompensa.

Apenas a los 57 segundos, Álex Fernandes envió desde la banda derecha un centro a segundo poste. El defensor Mario Ruiz controló aparentemente el balón. Presa del nerviosismo, Ruiz no se habló con el portero Moisés Muñoz. Ambos jugadores visitantes se quedaron petrificados.

Por el contrario, Walter Erviti reaccionó ágilmente y decidió entrometerse entre los dos rivales para simplemente fusilar de pierna izquierda a Muñoz, abrir el marcador y desatar la locura en la tribuna. La suerte parecía sonreírle al Monterrey.

El resto del primer tiempo fue parejo, con unos Rayados proponiendo y un Morelia buscando contragolpear en los botines de sus peligrosos delanteros: Reinaldo Navia y Adolfo “Bofo” Bautista.

“Guille” Franco festejó en grande.

Sin embargo, en cuanto arrancó el segundo tiempo, los Rayados salieron decididos a inclinar el partido a su favor y nuevamente hicieron daño cuando el cronómetro apenas comenzaba a correr.

Al minuto 47, Jesús Arellano cobró un tiro de esquina. Su centro fue preciso al corazón del área en donde apareció el “jugador de la liguilla”: Guillermo Franco.

El delantero se suspendió en el área, le ganó en el brinco a Darío Franco y remató sólido a la portería para poner el 2-0.

El gol del “Guille” fue en la portería norte, la que daba hacia La Herradura, y salió disparado para ir a celebrar con la Afición.

El Morelia, dirigido por Rubén Omar Romano, intentó reaccionar de inmediato y Bautista tuvo una oportunidad de oro para acortar distancia, pero el portero rayado, Ricardo Martínez, le ganó en el mano a mano e impidió que el cuadro purépecha se acercara en el marcador.

Passarella estaba consciente de que no podía dejar crecer al Morelia por lo que ordenó adelantar aún más líneas para intentar aniquilar al rival.

En el minuto 55, Luis Pérez se desprendió por la banda derecha, entró al área y fue derribado por Darío Franco. El árbitro señaló penal.

Luis Ernesto Pérez ofreció un gran partido.

Héctor “Pirata” Castro tomó el balón y con una serenidad inmensa tocó suave el balón al lado contrario del lance del portero para poner el 3-0 que parecía lapidario.

A diferencia de la última Final que Rayados había disputado, en esta ocasión todo estaba a favor del cuadro albiazul.

En los minutos finales, cuando el público ya celebraba que el partido terminaría 3-0, vino la genialidad de Bautista que sorprendió al portero albiazul Ricardo Martínez y anotó el gol michoacano.

Instantes después, Ramos Rizo decretó el final. A pesar del gol de Bautista de último minuto, la Afición Rayada celebró el triunfo con estruendo.

Dos goles de diferencia para un equipo que se defendía de manera impecable lucía cómodo.

El ambiente en las avenidas aledañas al hoy desaparecido Estadio Tecnológico fue indescriptible.

Miles de automóviles sonaron su claxon y ondearon banderas por las avenidas Revolución, Garza Sada y Luis Elizondo. La fiesta continuó en caravana incluso en Constitución.

El canterano Ismael Rodríguez fue parte del cuadro titular.

La gente celebraba el contundente triunfo que ilusionaba con el título y con poner fin a la sequía de diecisiete años sin título de liga.

Hoy justamente se cumplen diecisiete años de aquel momento. Entre 1986 y 2003, los Rayados solo pudieron ganar un título de Copa y una Recopa de Concacaf, y algunos de esos años fueron difíciles, especialmente los comprendidos entre 1997 y 1999.

Los diecisiete años entre 2003 y 2020 han sido radicalmente distintos para la Afición Rayada: tres títulos de liga, cuatro títulos de Concacaf, uno de Copa, cuatro campeones de goleo, cuatro asistencias al Mundial de Clubes (con dos terceros lugares) y una nueva casa.

Teniendo esto en cuenta, podremos quizá imaginar la inmensa felicidad con la que la Afición Rayada vivió y celebró el campeonato de 2003.

Ese 11 de junio de 2003 inició un cambio en el rumbo del Club de Futbol Monterrey y hoy lo recordamos con alegría.

Alberto Barrera-Enderle