Monterrey contaba en 1980 con mejores vialidades y un mejor transporte público que facilitaban el traslado de la Afición al sur de la ciudad.
Además, los Rayados ya tenían una gran base de aficionados que seguiría al equipo a cualquier cancha.
A partir de la Temporada 1980-1981, el Monterrey regresó a su vieja casa: el Estadio Tecnológico.
El Monterrey también experimentó un cambio en su dirigencia: casi al final de la temporada 1979-1980, la familia Santos dejó el control del equipo al Grupo Protexa.
Bajo la presidencia de Fernando Olvera, el Monterrey armó un plantel competitivo para la Temporada 1980-1981 con la contratación de los argentinos Arsenio Ribeca, Miguel Ángel Torres, Carlos Mazzoni y Víctor Hugo Arroyo, y mexicanos como Manuel Nájera y Roberto Gómez Junco.
Durante la Temporada 1982-1983, el país sufría una fuerte crisis económica que redujo las posibilidades de reforzar al plantel con figuras de experiencia.
Sin embargo, también tuvo un aspecto positivo: cada vez más jóvenes de las Fuerzas Básicas recibieron la oportunidad de Primera División.
En la Temporada 1983-1984, el Club hizo una renovación y contrató como técnico al uruguayo Roberto Matosas, quien cuatro años antes había estado al mando de las Fuerzas Básicas.
Matosas le dio una nueva mentalidad al equipo, comenzando por modificar el uniforme: el color del jersey pasó del azul rey al azul marino que se utiliza hasta hoy, y adoptó las medias rojas.
El brasileño Reinaldo Güeldini se incorporó al plantel y, casi al final de la temporada, debutaron dos jóvenes promesas de la cantera: Héctor “Tito” Becerra y Francisco Javier “El Abuelo” Cruz.
A mitad de la Temporada 1984-1985, Matosas dejó su cargo y su lugar lo tomó quien hasta entonces era el responsable de las Fuerzas Básicas: Francisco Avilán.
Con el “Potrillo” en el banquillo, Rayados mejoró. También llegaron los brasileños Mario de Souza Mota “Bahía” y Vilson Tadei. Además, el Club continuó debutando jóvenes como Missael Espinoza, Antonio González y Memo Muñoz.
Aquel equipo estaba compuesto casi en su totalidad por jóvenes de Fuerzas Básicas y era liderado por los brasileños Güeldini, Tadei y Bahía, y los experimentados mexicanos Rafael “Xalapa” Ortega y Daniel Mora.
Los talentosos jugadores surgidos de las Fuerzas Básicas explotaron y en el Torneo México 1986 los Rayados lideraron la competencia de principio a fin.
Con un futbol espectacular, el Monterrey terminó como líder general, con 13 partidos ganados, 3 empatados y 2 perdidos.
Por primera vez, el campeón de goleo del futbol mexicano fue un jugador del Monterrey: “El Abuelo” Cruz, quien anotó 14 goles.
Los Rayados llegaron a la Final, donde enfrentaron al Tampico Madero, segundo lugar de la tabla general. En el partido de Ida, cayeron 2-1 como visitantes.
El partido de Vuelta se disputó en el Estadio Tecnológico el 1 de marzo de 1986. Tras una anotación de Reinaldo Güeldini, Rayados empató el global y el partido se fue al alargue.
Con un gol del “Abuelo” Cruz en tiempo extra, el Monterrey logró el primer campeonato de Liga de su historia y redondeó una temporada de ensueño.
El largo anhelo acariciado por la Afición y por aquellos personajes que fundaron y sostuvieron al Club, finalmente se hizo realidad.
En la Temporada 1989-1990, una nueva directiva encabezada por los hermanos Jaime y Manuel Rivero tomó las riendas del Club y armó un plantel poderoso.
Llegaron jugadores mexicanos de primer nivel como Félix Cruz, Armando Manzo, Carlos de los Cobos y Mario Díaz, así como los argentinos Gustavo Adolfo Moriconi y Germán Ricardo Martellotto, y el uruguayo Richard Tavares, quienes fueron dirigidos por el chileno Pedro García.