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Cortesía

DOBLETE DE BAHÍA LE DIO A RAYADOS EL TRIUNFO EN EL CLÁSICO REGIO 33

19 de Agosto de 2022. 7:08 pm.

La temporada 1987-1988 fue de complicada para el futbol regiomontano. En un calendario de 38 jornadas, y a falta de 6 partidos para concluir el certamen, Rayados y Tigres se encontraban prácticamente descartados para acceder a la Liguilla.

Ubicados ambos en el grupo 4, Rayados se encuentra en el tercer lugar de ese pelotón y Tigres en cuarto, ambos con 27 puntos y separados solo por diferencia de goles.

El calendario indicó que era el turno de que las dos escuadras regiomontanas se vieran las caras.

Previo al clásico, parecía que Rayados mejoraba. En la jornada 32, y de manera sorpresiva, el Monterrey venció a domicilio al Morelia, escuadra que lideraba el grupo 4.


Plantel de Rayados en la Temporada 1987-1988.

Antes de ese partido, Rayados había ligado cinco encuentros sin poder ganar. Sin embargo, el triunfo en la cancha de Morelia motivó a unos Rayados de cara al clásico número 33 de la historia.

Días antes del clásico, el brasileño Mario de Souza Mota “Bahía” declaró que al menos anotaría un gol.

Hasta ese momento de la historia, Bahía había concretado 4 anotaciones en los duelos fraternales y el líder de goleo en la historia del clásico era el felino Tomás Boy, quien se retiraría meses después.

El técnico rayado de aquella temporada fue José “Chango” Ledezma, quien fuera uno de los grandes porteros en la historia del Club.


José Ledezma, otrora jugador de Rayados, dirigió ese partido.

Durante los días anteriores al Clásico, Ledezma recibió la buena noticia de que su capitán Rafael “Xalapa” Ortega estaba listo para reaparecer, tras recuperarse de una lesión que lo alejó del campo por varias semanas.

La cita para el clásico fue el sábado 7 de mayo de 1988 a las 17:00 horas en el Estadio Tecnológico. Pepe Ledezma decidió enviar de inicio el siguiente once: Pilar Reyes; Enrique Mata, Antonio González, José de la Fuente y Guillermo Muñoz; Francisco Esparza, Francisco Romero y Missael Espinoza; Julio dos Santos “Peu”, Héctor Becerra y Mario de Souza Mota “Bahía”.


José de la Fuente fue una muralla en el sector defensivo.

Bajo un calor típico del sol regiomontano en mayo, las dos escuadras saltaron a la grama del Tec entre aplausos de un estadio a reventar.

Los primeros treinta minutos carecieron de grandes emociones. Ninguno de los dos equipos conseguía imponer orden en medio campo, pero conforme fueron pasando los minutos, los años le pesaron a varios elementos de Tigres, y la rapidez y velocidad de los elementos rayados fue veneno puro.

Guillermo Muñoz, Missael Espinoza, Becerra y Bahía explotaron su velocidad por las bandas para perjudicar a la lenta defensa felina.

En el minuto 37, tras recuperar un balón en medio campo, Pancho Esparza abrió a la derecha para Héctor Becerra. Antes de llegar al área, Tito envió un centro largo a segundo palo con mucha intención.

El balón picó en el manchón penal y su bote se extendió a segundo poste donde la rapidez en la reacción de Bahía fue superior a la de su marcador. El “Avioncito” se lanzó casi de “palomita” para rematar y fusilar al portero felino y abrir el marcador.


Mario de Souza Mota “Bahía” abrió el marcador.

Para el segundo tiempo, la tónica fue similar: el experimentado mediocampo felino no lograba armar sus jugadas. Carlos Muñoz, Sergio Orduña ni Tomás Boy lograban conectar con sus delanteros.

Por el lado rayado, las opciones con base a contragolpe se seguían presentando. Bahía falló un mano a mano frente al portero y, en el minuto 64, Memo Muñoz recuperó un balón tras un tiro de esquina a favor de Tigres.

Fiel a su velocidad, el “Turbo” Muñoz se “subió a su motocicleta” (aunque esta vez por la banda derecha) y lanzó largo el pelotazo a Bahía. El delantero rayado eludió al arquero Munguía, pero este lo derribó dentro del área. El silbante Miguel Ángel Salas no dudó en marcar penal. Lamentablemente, Pancho Romero anunció mucho su disparo y el portero auriazul le atajó el penal.

Entonces vinieron las primeras modificaciones: por el equipo de casa, Ledezma saco a Julio dos Santos “Peu” y metió a Rafael “El Xalapa” Ortega.

Por el cuadro visitante, su técnico, el húngaro Arpad Fékete, sacó a Alberto Morales y le dio minutos a Roberto Gómez Junco.


Antonio “La Moca” González, Guillermo “El Turbo” Muñoz, Bahía y Francisco “Pancho” Esparza tuvieron una actuación destacada.

El cambio rayado rindió frutos rápido. En el minuto 74, “Xalapa” Ortega desarmó a Gómez Junco antes de media cancha, avanzó unos metros y envió un balón largo por la banda izquierda para Bahía.

Tras controlar la esférica, Bahía avanzó y, ante la llegada de Eduardo Rergis, lo burló con facilidad e ingresó al área para quedar frente al portero. Raro a su costumbre -era zurdísimo-, Bahía sacó un potente disparo de pierna derecha, para vencer a Munguía y poner el 2-0 desatando la locura en la tribuna.

En el minuto 78, Ledezma refrescó su delantera sacando a Héctor Becerra y metiendo al Juan Antonio “El Zurdo” Flores Barrera.

En los minutos restantes, ambos equipos procuraron poner en peligro la cabaña contraria. Cuando el partido ya expiraba, Tomás Boy, de tiro libre, venció a Pilar Reyes y de esa manera el marcador terminó 2-1 en favor de La Pandilla.

Un clásico más concluyó. Mario de Souza Mota “Bahía” consiguió sus goles 5 y 6 en la historia de los clásicos, con lo cual empataba a Tomás Boy, y se encaminaba a convertirse en el máximo anotador del derbi regiomontano y en una de las grandes leyendas en la historia rayada.

Alberto Barrera-Enderle

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