La temporada 1974-1975 entrada en su recta final. La Pandilla del Monterrey se había armado hasta los dientes para volver a pelear por el título. Lamentablemente, lesiones de varios jugadores clave habían impedido al equipo tener un desempeño regular.

En el departamento en el que el equipo sí fue constante fue en el de goleo: el equipo terminaría como la mayor ofensiva del torneo.

La directiva así lo planeó trayendo de regreso al peligroso Alfredo “Alacrán” Jiménez y contratando al mundialista uruguayo Rubén Romeo Corbo.

Nilo Acuña, Alfredo Jiménez y Pedro Damián fueron los anotadores.

Ambos se unieron a una delantera de por sí ya poderosa que contaba con el brasileño Milton Carlos, el uruguayo Nilo Acuña y los estelares mexicanos Luis Montoya y Pedro Damián Álvarez.

Además, el equipo contaba con mediocampistas con mucho gol como Placo Solís y Francisco Bertocchi.

Después de 31 jornadas, los Rayados se encontraban en el cuarto lugar general con 38 puntos producto de 13 partidos ganados, 12 empatados y solo 6 perdidos. Lideraban el rubro de goles anotados con 64 y habían recibido 46 goles.

Esto quiere decir que el Monterrey promediaba más de dos goles anotados por partido y poco más de uno recibido. En resumen: espectáculo asegurado en cualquier cancha en la que se paraban.

Ricardo Díaz tuvo una gran actuación como lateral izquierdo.

El calendario señalaba que en la jornada 32, el Monterrey visitaría por primera vez al Atlético Potosino en su feudo, el legendario estadio Plan de San Luis.

El Atlético Potosino había debutado en Primera División en esa campaña 1974-1975. Junto al Unión de Curtidores, fueron los dos equipos invitados para la expansión a 20 equipos de en el máximo circuito.

De esta manera, la capital potosina no se quedó sin equipo en el máximo circuito luego de que el Club San Luis descendiera al final de la temporada 1973-1974.

Ignacio Jáuregui, técnico rayado, llevó prácticamente a todo su arsenal a San Luis tras recuperar a dos lesionados: Juan González y Gustavo “Halcón” Peña.

Juan González y Bertocchi controlaron el mediocampo.

Los grandes ausentes serían Romeo Corbo (lesionado de gravedad varias fechas atrás), Guarací Barbosa, Magdaleno Cano y Luis Montoya, quien se lastimó entre semana en un entrenamiento.

El partido entre los Cachorros del Atlético Potosino y La Pandilla tuvo lugar al mediodía del domingo 27 de abril de 1975.

Ignacio Jáuregui envió la siguiente alineación: Javier Quintero; Basilio Salazar, Gustavo Peña, Vicente Álvarez y Ricardo Díaz; Juan González, Francisco Solís y Francisco Bertocchi; Nilo Acuña, Alfredo Jiménez y Milton Carlos.

Aunque el Potosino se ubicaba en la parte baja de la tabla, el partido no fue nada sencillo para la tropa de Jáuregui.

Los primeros 20 minutos fueron de asedio constante a la portería del guardameta rayado Javier Quintero.

Gracias a la buena labor defensiva, el Monterrey mantuvo su portería intacta en esos primeros minutos de dominio total por parte de los locales.

Alfredo “Alacrán” Jiménez anotó el primer gol.

Tras esos minutos complicados, el mediocampo rayado contuvo a la artillería local. Juan González comenzó a robar más balones y a distribuir a sus colegas Francisco Solís y Francisco Bertocchi.

Los Rayados estaban ya inclinando la balanza y comenzaban a preocupar al portero Carlos Rafael Novoa.

Faltando cinco minutos para el final del primer tiempo, Nilo Acuña cobró un tiro de esquina. Milton Carlos se movió a primer poste arrastrando la marca de dos defensores, pero el balón fue al corazón del área, donde apareció Alfredo Jiménez solo y sin marca para rematar, batir a Novoa y poner adelante a La Pandilla.

En el medio tiempo, Jáuregui reajustó su delantera y, en lugar de seguir jugando con dos centros delanteros clavados, optó por sacar a Alfredo Jiménez y meter un extremo izquierdo natural: Pedro Damián Álvarez.

La decisión fue correcta porque en el complemento los Rayados tuvieron mayor variedad y constancia en el ataque.

En el minuto 55, Juan González recuperó un balón adelante de medio campo y cedió a Bertocchi, quien filtró rápido para Francisco Solís.

El tampiqueño Paco Solís filtró en el área el balón para Milton Carlos. Un defensor se barrió, pero no logró quitarle el balón. Milton, cerca del portero, solo cedió a su izquierda para la llegada del recién ingresado Pedro Damián, quien fusiló sin piedad a Novoa para aumentar el marcador.

Al verse abajo en el marcador por dos goles y con las llamas del posible descenso ardiendo, el cuadro potosino no tuvo más remedio que lanzarse con todo al frente.

Basilio Salazar y Gustavo Peña aportaron liderazgo en la defensa.

En el minuto 62 lograron descontar gracias a la zurda de Juan Manuel Herrero.

El gol animó al público local y a su equipo, que se lanzó con todo al frente mientras La Pandilla se organizaba bien atrás buscando liquidarlos en algún descuido.

En el minuto 75, Pedro Damián solicitó su cambio al lesionarse en un choque con un rival. Jáuregui envió al campo al joven José Luis Mendoza que respondió de gran manera.

La velocidad del joven canterano rayado rindió frutos porque recuperó y armó varias jugadas de gol. En sus botines nació precisamente el tercer gol.

Mendoza se llevó a su marcador por la banda izquierdo, eludió incluso una barrida violenta y filtró un gran balón para Milton Carlos.

El poderoso delantero brasileño rayado llegó a línea de fondo y envió un pase raso y atrasado para Nilo Acuña, quien, de derecha, sentenció el marcador poniendo el 1-3 definitivo. Extraordinario gol en jugada colectiva.

El tercer gol acabó con las esperanzas potosinas mientras las huestes de Jáuregui celebraban un triunfo más que los colocaba en el camino correcto para luchar por llegar a la Liguilla.

De esta manera, y con grandes goles de Jiménez, Álvarez y Acuña, Rayados se llevaba el triunfo en la primera vez que visitó al Atlético Potosino.

Alberto Barrera-Enderle