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Joaquín Jiménez y Mexsport

EL 1 DE MAYO: UN DÍA MUY RAYADO

01 de Mayo de 2021. 8:41 am.

Para los aficionados del Monterrey el 1 de mayo se ha convertido en un día especial, en una de esas fechas del calendario histórico albiazul que ha adquirido gran relevancia.

El 1 de mayo de 2013 y el 1 de mayo de 2019, el Club de Futbol Monterrey Rayados obtuvo su tercer y cuarto título de la Liga de Campeones de CONCACAF ante Santos Laguna y Tigres, respectivamente.

Ambos títulos fueron celebrados por el equipo ante los ojos de su Afición, con la diferencia de que el primer aconteció en el hoy desaparecido Estadio Tecnológico, mientras que el segundo en el moderno Estadio BBVA.

 

 

 

LIGA DE CAMPEONES DE LA CONCACAF 2013

Luego de lograr el título en 2012, Los Rayados repitieron la Final de la Liga de Campeones de la CONCACAF contra el Club Santos Laguna.

A diferencia de de la edición anterior, en esta ocasión, los Rayados cerrarían en Casa. La Ida se disputó el 24 de abril de 2013 en Torreón y se caracterizó por dos equipos cautelosos que mostraron poco las armas y dejaron todo para la Vuelta.


El Capitán, José María Basanta, festeja junto al regiomontano Aldo de Nigris. Foto: Mexsport.

La cita para el Partido de Vuelta fue la noche del 1 de mayo de 2013 por la noche. Finalmente, los Rayados tenían la oportunidad de coronarse en casa y ante su Afición en un torneo internacional.

El técnico Víctor Manuel Vucetich decidió enviar a la cancha la siguiente alineación: Jonathan Orozco; Hiram Mier, Leobardo López, José María Basanta y Darvin Chávez; Édgar “Tepa” Solís, Jesús Zavala, Walter Ayoví y Jesús “Tecatito” Corona; Humberto “Chupete” Suazo y Aldo De Nigris.

En cuanto el árbitro Marco Antonio Rodríguez ordenó el inicio del partido, el cuadro albiazul se lanzó al frente aunque con poca fortuna.

Por el contrario, y para sorpresa de todos los aficionados Rayados, fue el cuadro visitante el que logró abrir el marcador.

Carlos Darwin Quintero, a los 37 minutos, anotó el primer gol del Santos, el cual se derivó de un fuera de lugar que no fue detectado por el cuerpo arbitral.

Debido a la importancia del gol de visitante como criterio de desempate, los Rayados estaban obligados a anotar dos sin recibir otro más. Terminó la primera mitad. La afición aún estaba confiada en que su equipo remontaría tranquilamente en el complemento.


Jonathan Orozco defendió la portería Rayada en la Gran Final de la Liga de Campeones de Concacaf 2013. Foto: Mexsport.

Reanudadas las acciones, los Rayados buscaron pronto emparejar el global sin mucha suerte. Para ello, Vucetich ordenó en el medio tiempo la salida del “Tepa” Solís y el ingreso de un hombre de área: Luis Guillermo Madrigal.

Sin embargo, no fue el Monterrey el que se acercó al área contraria primero. A los 50 minutos de tiempo corrido, Osmar Mares, del Santos Laguna, cobró un tiro de esquina templado al corazón del área.

Ahí se elevó el ex rayado Felipe Baloy para dar un frentazo al balón y vencer a Orozco. Ese gol de Baloy caló muy hondo en el ánimo de la afición y de los jugadores Rayados. Ahora el Monterrey tendría que anotar al menos tres goles sin permitir uno más en los 40 minutos que restaban, lo que sería una verdadera proeza.

El sueño del tricampeonato parecía esfumarse. Todo indicaba que sería el Santos Laguna el que terminaría dando la vuelta olímpica en el Tecnológico y el que se iría en diciembre a Marruecos.

Pero el Monterrey no estaba muerto; era un equipo compuesto por jugadores de cepa ganadora, como Humberto Suazo, Walter Ayoví y Aldo De Nigris, quienes solían aparecer en los momentos difíciles. Vucetich, por supuesto, también hizo lo suyo. En el minuto 55 ordenó la salida de José María Basanta para que ingresara Severo Meza. Con ello, Mier pasó a la central y dejó la lateral derecha a Meza, un jugador con habilidad para sumarse al ataque.

Cuatro minutos después de ese cambio ordenado por Vucetich, los Rayados se hicieron presentes en el marcador. Suazo, con su enorme visión de campo, abrió largo el balón y hacia la banda derecha con dirección al “Tecatito” Corona, quien envió un centro a segundo palo donde a toda velocidad apareció Aldo De Nigris. De primera intención y de pierna izquierda, Aldo remató y venció a Oswaldo Sánchez para acortar distancias. Faltaban dos goles más y 31 minutos reglamentarios.


La Afición de los Rayados festejó en grande el tercer título de la Liga de Campeones de la Concacaf. Foto: Mexsport.

Vucetich sabía que había que ir por todo, que no había mañana. Al minuto 69, ordenó la salida de Darvin Chávez y el ingreso de Neri Cardozo. El Monterrey tenía ahora sí prácticamente todo su arsenal en la cancha y obligó al Santos a replegarse.

Los últimos veinte minutos fue un dominio total de los de azul y blanco. Sin embargo, los minutos pasaban, el partido entraba en su recta final y el Monterrey seguía a dos goles de distancia. En las tribunas, el público empujaba a los suyos con fervor, confiando en que aún había esperanza.

Cuando restaban solo siete minutos, Humberto Suazo cobró un tiro de esquina a primer poste que fue rechazado con la cabeza por un defensor lagunero.

El balón fue a dar al otro extremo del área, en donde apareció Neri Cardozo, quien le asestó un derechazo al balón. Su disparo entró pegado al poste izquierdo de la portería de Oswaldo Sánchez y desató la locura en el estadio.

El partido se había empatado y los Rayados solo requerían de un gol aunque quedaban seis minutos.

El “Tec” se convirtió en un pandemónium. Los más de 30 mil aficionados estaban plenamente seguros que la remontada se conseguiría: se sentía y podría decirse que hasta se respiraba en el ambiente. Los jugadores del Santos lucían desconcertados y no lograban siquiera recuperar un balón.

Minuto 87: Felipe Baloy, en su desesperación, derribó a Severo Meza en tres cuartas partes de la cancha. Suazo tomó de inmediato el balón y les ordenó a sus compañeros irse todos al área.


Humberto Suazo, pieza clave en los Campeonatos de la Concacaf de 2011, 2012 y 2013. Foto: Mexsport.

El astro chileno cobró de pierna derecha y envió un centro tendido al corazón del área. Ahí, impulsado como resorte, Aldo De Nigris les ganó el brinco a sus marcadores y remató potente y abajo para vencer a Sánchez. En cuanto el balón meció las redes, el Estadio Tecnológico lanzó el que quizá haya sido grito de gol más emotivo en la Historia Rayada.

En las tribunas, la gente se abrazaba entre sí, poco importaba si se conocían o no, todos estaban eufóricos celebrando que estaban presenciando una de las Finales más emocionantes e increíbles de la historia de nuestro equipo e incluso del continente.

Minutos después, mientras el público esperaba el silbatazo final, Jesús Zavala recuperó un balón en medio campo y avanzó a toda velocidad por la banda izquierda, entró al área y cuando Oswaldo salió a taparle, “La Flecha” abrió el balón para la llegada de Suazo, quien simplemente tuvo que empujar el balón y poner así la cereza al pastel y extender la fiesta en la cancha y en la tribuna.

Cuando Rodríguez pitó el final inició la fiesta azul y blanco, que se extendió hasta altas horas de la madrugada.

Fue una noche inolvidable la de aquel miércoles 1 de mayo de 2013 que quedó para siempre en la memoria de los aficionados Rayados.

Desde entonces, el 1 de mayo quedó grabado como una fecha fundamental para los hinchas albiazules.

 

 

 

LIGA DE CAMPEONES DE LA CONCACAF 2019

Pero la grandeza de esa fecha aumentó su valor en el año 2019. Los Rayados, que regresaron en 2019 a disputar la Liga de Campeones de CONCACAF, avanzaron hasta la Final tras dejar en el camino al Alianza de El Salvador, y a los estadunidenses Atlanta United y Sporting Kansas City.

Dirigidos por el uruguayo Diego Alonso, los Rayados se enfrentaron a los Tigres en la Final.
Deudas pendientes para ambos equipos. Los felinos, por un lado, anhelaban ganar la Liga de Campeones de CONCACAF para conseguir el que sería su primer título internacional, el cual ya se les había escapado en dos Finales.


César Montes y Carlos Rodríguez, surgidos de las Fuerzas Básicas del Club. Foto: Joaquín Jiménez/Rayados.com.

Los Rayados, por su parte, necesitaban acabar con una sequía de seis años sin ganar la CONCACAF y volver así a un Mundial de Clubes.

Además, enfrentar a Tigres representaba la gran oportunidad de obtener la revancha por la Final de Liga BBVA MX disputada en el Apertura 2017.

El destino quiso que los Rayados tuvieran su revancha en un certamen internacional y ante los ojos de todo el continente.

El Partido de Ida se disputó en el Estadio Universitario el martes 23 de abril de 2019. Alonso planteó un gran partido. El Monterrey presionó por todo el campo a su rival, lo ahogó y le permitió muy pocas oportunidades.

En el minuto 43, Dorlan Pabon cobró un tiro de esquina. Su centro cayó justo en el manchón penal. En ese sitio, Nicolás Sánchez se elevó por encima de los defensas felinos y pegó potente remate de cabeza que dejó sin oportunidad al portero Nahuel Guzmán. ¡Gol de Rayados! Y así terminaría el Partido de Ida.

El Partido de Vuelta se pactó para el miércoles 1 de mayo de 2019. Para la afición Rayada esa fue una buena señal: el 1 de mayo estaba cargado de grandes recuerdos.

El escenario ahora fue el Estadio BBVA. La afición llenó por completo el “Gigante de Acero”, confiada en que el Monterrey aprovecharía la ventaja de la Ida para sumar su cuarta estrella de CONCACAF y celebrar nuevamente un miércoles 1 de mayo.

Diego Alonso envió a la cancha el siguiente once: Marcelo Barovero; Miguel Layún, Stefan Medina, Nicolás Sánchez y Jesús Gallardo; Carlos Alberto Rodríguez, Celso Ortiz, Dorlan Pabón y Rodolfo Pizarro; Avilés Hurtado y Rogelio Funes Mori.

Un gol de diferencia era poco por lo que el equipo de casa no dudó en buscar ampliar la ventaja desde temprano.

En el minuto 25, Luis Alfonso Rodríguez, le propina un puntapié a Rodolfo Pizarro para derribarlo dentro del área. El árbitro Jair Marrufo estaba cerca de la jugada y de inmediato decretó la pena máxima.


Nico Sánchez anotó desde los once pasos. Foto: Joaquín Jiménez/Rayados.com.

La afición estaba consciente que otro gol prácticamente garantizaría el título ante el rival de la ciudad.

Nicolás Sánchez tomó el balón con seguridad y cobró de manera perfecta el tiro penal para abrir el marcador y poner el global 2-0. El BBVA celebró en grande la anotación.

El Partido de Vuelta se pactó para el miércoles 1 de mayo de 2019. Para la afición Rayada esa fue una buena señal: el 1 de mayo estaba cargado de grandes recuerdos.

El escenario ahora fue el Estadio BBVA. La afición llenó por completo el “Gigante de Acero”, confiada en que el Monterrey aprovecharía la ventaja de la Ida para sumar su cuarta estrella de CONCACAF y celebrar nuevamente un miércoles 1 de mayo.


La Afición Rayada fue pieza clave en la consecusión del cuatro título de la Liga de Campeones de la Concacaf. Foto: Joaquín Jiménez/Rayados.com.

Diego Alonso envió a la cancha el siguiente once: Marcelo Barovero; Miguel Layún, Stefan Medina, Nicolás Sánchez y Jesús Gallardo; Carlos Alberto Rodríguez, Celso Ortiz, Dorlan Pabón y Rodolfo Pizarro; Avilés Hurtado y Rogelio Funes Mori.

Un gol de diferencia era poco por lo que el equipo de casa no dudó en buscar ampliar la ventaja desde temprano.

En el minuto 25, Luis Alfonso Rodríguez, le propina un puntapié a Rodolfo Pizarro para derribarlo dentro del área. El árbitro Jair Marrufo estaba cerca de la jugada y de inmediato decretó la pena máxima.

La afición estaba consciente que otro gol prácticamente garantizaría el título ante el rival de la ciudad.

Nicolás Sánchez tomó el balón con seguridad y cobró de manera perfecta el tiro penal para abrir el marcador y poner el global 2-0. El BBVA celebró en grande la anotación.


Rogelio Funes Mori y Leonel Vangioni celebraron en grande el campeonato internacional. Foto: Joaquín Jiménez/Rayados.com.

Alberto Barrera-Enderle

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