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CON ACTUACIÓN MEMORABLE DE RICARDO MARTÍNEZ, RAYADOS VENCIÓ A SANTOS EN TORREÓN Y MANTUVO EL SUPERLIDERATO, EN 2001

14 de Febrero de 2021. 1:53 pm.

La idea futbolística que el español Benito Floro intentó plasmar en los Rayados tuvo su mejor momento en el torneo Verano 2001. Era un equipo compacto, ágil y ordenado que sumaba puntos semana a semana.

En aquel entonces, el sistema de competencia de nuestro futbol constaba de cuatro grupos con cuatro equipos cada uno. El Monterrey se encontraba sembrado en el grupo 3 y después de once jornadas, los albiazules lideraban no solo su grupo sino la tabla general, al acumular 20 puntos producto de cinco victorias, cinco empates y solo una derrota.


Benito Floro, director técnico de los Rayados.

Además, el equipo de Floro era hasta ese momento la mejor defensiva con apenas nueve goles recibidos en 11 partidos.

Sin embargo, el Monterrey no podía relajarse. Sus dos más cercanos perseguidores (el Puebla y el Santos Laguna) estaban abajo solo por diferencia de goles y el otro solo por un punto. Además, esas dos escuadras también estaban ubicadas en el mismo grupo que los Rayados. En la jornada 12, todo podía cambiar porque el Monterrey tenía justamente que visitar al Santos Laguna en su cancha el domingo 18 de marzo de 2001.

El panorama no lucía nada sencillo para la tropa de Floro. Además, la situación en la tabla se complicó porque un día antes, el sábado 17, el Puebla venció a los Tigres en San Nicolás de los Garza con goles de los exjugadores rayados Claudinho y Óscar Mascorro. Por lo tanto, si el Monterrey no se traía un buen resultado de Torreón, podría caer hasta el tercer lugar de la tabla y de su grupo, con lo que perdería el pase directo a la Liguilla.

De inicio, Benito Floro envió a la cancha la siguiente alineación: Ricardo Martínez; Paulo César “Tilón” Chávez, Gastón Obledo, Flavio Rogerio y Guillermo Chabrand; Héctor Castro, Argemiro Veiga, Jesús Arellano y Juan Arango; Antonio De Nigris y Omar Avilán.


Argemiro Veiga tuvo una destacada tarde.

El buen paso de ambos equipos provocó que la expectación por el encuentro creciera y los 22 elementos que arrancaron el cotejo no decepcionaron. Desde el silbatazo inicial, las llegadas al arco rival comenzaron. Apenas a los dos minutos, el Santos estrelló un balón en el travesaño. Los Rayados tomaron el rebote para armar un contragolpe a toda velocidad. Antonio De Nigris sacó al portero y tocó suave para Omar Avilán. Cuando este delantero se disponía a empujar el balón a la red fue derribado por Miguel “Iguala” Carreón. El árbitro Felipe Ramos Rizo señaló el penal y expulsó a Carreón.


Omar Avilán recibió falta dentro del área.

Paulo César “Tilón” Chávez tomó el balón y de pierna derecha cobró de manera acertada para adelantar al Monterrey. El panorama lucía ahora muy alentador para los de Floro. En el resto del primer tiempo, los ataques se alternaron. Santos modificó su cuadro para adaptarse a su inferioridad numérica y logró generar varias de peligro en la meta contraria.

Cuando Ramos Rizo estaba por señalar el final del primer tiempo, Borgetti enfiló solo y disparó potente a gol. Ricardo Martínez rechazó, pero el rebote le quedó franco al mismo Borgetti, quien remató de nuevo. El balón iba a gol, pero Gastón Obledo lo interceptó usando el brazo. El árbitro señaló el penal y expulsó a Obledo.


Paulo César Chávez anotó el único gol del partido.

Ahora los dos equipos estaban con diez y el cuadro lagunero tenía la opción del empate. Jared Borgetti cobró el penal; Martínez se lanzó a su derecha y alcanzó a desviar el balón y evitar el empate. El siempre ruidoso estadio enmudeció.

Para el complemento, Floro ajustó sacando a Juan Arango y enviando al experimentado Roberto Hernández a fortalecer la zona defensiva. Sin embargo, ni este movimiento ayudó a contener los ataques laguneros.

Rodrigo “Pony” Ruiz fue un peligro constante por la banda y Borgetti, un dolor de cabeza para la defensa albiazul. El espectáculo, empero, se lo llevó completamente el portero rayado Ricardo Martínez. El Santos Laguna se cansó de llegar a la puerta contraria y ver con incredulidad la actuación inolvidable que tuvo Martínez. Seis opciones claras de gol que fueron detenidas por Martínez, incluyendo tres manos a manos con Ruiz y Borgetti.

Ricardo Martínez (izq.) ofreció una actuación espectacular. En esta foto lo acomapañan el entrenador de porteros Trini Caballero (centro) y el también guardameta Juan de Dios Ibarra (der.).

Ni los jugadores laguneros ni su afición podían creer el espectáculo que ofreció Martínez deteniendo todo, volando de lado a lado de la portería, atajando remates que lo tomaban a contra pie. Nada pudo vencerlo aquella tarde.

Por supuesto, el poste también le ayudó en un par de ocasiones. Después de todo, dice el dicho: “un portero sin suerte no es portero”.

El árbitro pitó el final del encuentro y los jugadores laguneros cayeron incrédulos. Lo habían intentado todo, habían llegado al arco contrario en varias ocasiones, pero simplemente nunca pudieron con la figura agigantada de Ricardo Martínez.

Con el triunfo, los Rayados se aferraron al liderato general y se encaminaron a la liguilla.

A lo largo de la historia del Club de Futbol Monterrey, varias actuaciones de porteros son recordadas. Humberto Gama, en una ocasión, se llevó las palmas de la afición tapatía al dar un partidazo ante las Chivas en 1956.

Gustavo Adolfo Moriconi también tuvo una actuación soñada en el Azteca ante el América en 1990. Sin embargo, la actuación de Ricardo Martínez en Torreón captó la atención de la prensa deportiva internacional.

El diario deportivo español “Marca”, lo incluyó en el once ideal mundial de la semana junto a puras figuras del futbol europeo de aquellos años. Un hecho inédito para nuestro futbol.


El diario español Marca incluyó a Ricardo Martínez, dentro del once ideal a nivel mundial esa semana.

En los partidos memorables, aquellos que se quedan en la memoria del aficionado por años, casi siempre la figura es el autor o autores de los goles. En esta ocasión, el héroe indiscutible fue el portero Ricardo Martínez, “San Ricardo” como le apodó un sector considerable de la afición rayada por actuaciones como aquella.

Alberto Barrera-Enderle

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