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CONTUNDENTE TRIUNFO SOBRE AMÉRICA, QUE PUSO AL MONTERREY CERCA DE LA SALVACIÓN EN 1961

18 de Diciembre de 2020. 6:24 pm.

La temporada 1961-62 fue la segunda que los Rayados jugaron de manera consecutiva en el máximo circuito tras su título de la Segunda División en 1960.

En 1960-61, el legendario José “Che” Gómez había tomado la dirección técnica del equipo en sustitución de Diego Mercado. El “Che” logró que el Monterrey rescatara los puntos necesarios para mantenerse en el máximo circuito, lo que le valió permanecer en el cargo para el inicio de la temporada 1961-62.


El plantel del Monterrey en 1961.

Lamentablemente, los Rayados no iniciaron bien la temporada 1961-62 y, tras doce jornadas disputadas, Gómez dejó el cargo y Andrés Ambriz fue nombrado director técnico para el resto de la temporada.

Bajo el mando de Ambriz, el equipo empezó a mejorar. En aquel entonces, la liga mexicana estaba compuesta por tan solo catorce equipos y la temporada constaba de 26 jornadas. Después de 22 jornadas, los Rayados se ubicaban en el lugar 13 de 14 equipos con 16 unidades (solo dos por encima del Zacatepec). Restaban cuatro partidos, dos de ellos en Casa. Si el Monterrey pretendía salvarse no podía dejar ir puntos en el Tecnológico.


Andrés Ambriz (der.), director técnico de los Rayados, saluda a Ignacio Trelles, entrenador del América.

Para la fecha 23, los Rayados recibirían al sublíder de la competencia: el América, escuadra dirigida por Ignacio Trelles. Los entonces llamados “Cremas” o “Millonarios” del América contaban con elementos estelares de nuestro futbol como Alfonso “Pescado” Portugal, Fernando Cuenca, Pedro Nájera, Antonio “Güero” Jasso, los estelares brasileños Francisco Moacyr Santos y José Alves “Zague”, además del curazaleño Ronald Martell.

El público regiomontano respondió a la cita para apoyar al Monterrey frente al poderoso enemigo capitalino. Los casi veinte mil lugares del Tecnológico lucieron llenos aquel domingo 17 de diciembre de 1961 en lo que fue la mejor entrada de la temporada.

El ambiente fue de fiesta total y los Rayados fueron responsables en gran medida de aquel ambiente, gracias al buen futbol que desplegaron sobre el terreno de juego.


La publicidad del partido entre el Monterrey y el América.

En aquel entonces no se permitían los cambios en el futbol y los once elementos rayados que Andrés Ambriz envió a la cancha fueron: Pablo Guerrero; Jorge Molina, Enrique Lenci y Humberto Terrón; Ángel Lama y Jesús “Tejón” García; Alfredo “Fello” Hernández, Charlei Santiago “Bacurau” y Claudio Lostaunau; Newton Lourenço Nascimento “Humaitá” y Raúl Chávez de la Rosa.

Aunque se esperaba que el Monterrey saliera presionado por obtener el triunfo, el buen juego ofrecido por los blanquiazules se produjo prácticamente desde el inicio de las hostilidades.

Es difícil destacar a un solo jugador; los once rayados brindaron lo mejor de sí. Guerrero “cerró la cortina”, la defensa que no dejando pasar ni el aire, un Lama y un “Tejón” García que contribuyeron a apaciguar los embates cremas.

En el mediocampo, Claudio Lostaunau regaló una de sus mejores exhibiciones al grado que varios cronistas de la época aseguraron que el peruano cumplió a la perfección con el mote que Salvador Meza le puso: “El Arquitecto de la Media Cancha”.

En el primer tiempo, los Rayados no lograron abrir el marcador. Los goles llegarían en la segunda mitad. Entre el minuto 55 y 60, Claudio Lostaunau demostró su gran calidad para anotar en dos ocasiones y poner al Monterrey en camino de una victoria fundamental.

Primero, Lostaunau estuvo atento para cazar un rechace del portero americanista y exhibir su gran técnica al bajar el balón con el pecho, amortiguarlo con el muslo izquierdo y disparar potente con la derecha para fusilar al portero y desatar la celebración en todo el estadio.


Claudio Lostaunau anotó dos goles.

Cinco minutos después, los Rayados insistían mientras el América se batía en el fondo como le era posible. Los Rayados cobraron un tiro de esquina, la defensa capitalina no logró despejar adecuadamente y Lostaunau se apoderó de la esférica dentro del área. El estelar peruano burló en corto a un contrario y soltó un tiro raso y cruzado que dejó petrificado al guardameta crema.

Con el marcador 2-0, Ambriz empujó a sus pupilos a rematar al América. El cuadro capitalino lucía aturdido con el buen trato del balón que el Monterrey estaba mostrando.


José Rivero, presidente del Club de Futbol Monterrey, con los directivos del América, Antonio Padilla y Guillermo Cañedo.

No solo Lostaunau dominó el medio campo. El seleccionado nacional “Fello” Hernández hizo lo que quiso por su lado; Raúl Chávez, por la izquierda, destroncaba con facilidad a su marcador y Bacurau contribuía a desarmar al rival e iniciar los ataques.

Justamente el brasileño Charlei Santiago “Bacurau” recuperó un balón cerca del área rival, entró al área y soltó un fogonazo. El portero Huerta rechazó, pero Humaitá se apresuró a tomar el rechace y disparar fuerte para poner el 3-0 cuando apenas corrían 66 minutos de juego.

Los poco más de veinticuatro minutos restantes fueron una fiesta. El cuadro de casa se dedicó a pasear el balón de un lado a otro mientras el público en la tribuna le celebraba cada acción de lujo que realizaban los jugadores rayados.

El ambiente vivido en las tribunas del Tecnológico aquel domingo de diciembre de 1961 fue por demás memorable. La afición y el equipo intensificaban su romance.

El apoyo de la gente fue clave para el triunfo rayado, un triunfo vital en las aspiraciones del equipo.

La alegría fue mayor porque la victoria rayada se dio al mismo tiempo que el Zacatepec era goleado por el Toluca. Ambos resultados dejaron a los Rayados a un punto (con seis por jugarse) para salvarse matemáticamente del descenso, algo que lograrían quince días después.

La importancia de este triunfo sobre el sublíder América radica en la confianza que tomó el Monterrey para encarar el final del torneo y conseguir su salvación. Tiempos mejores para el equipo estaban ya a la vuelta de la esquina.

Alberto Barrera-Enderle

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