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Cortesía

IGNACIO TRELLES, LEYENDA DEL FUTBOL MEXICANO QUE JUGÓ EN LA PRIMERA TEMPORADA DEL MONTERREY

25 de Marzo de 2020. 4:48 pm.

El Club de Futbol Monterrey Rayados debutó profesionalmente en la temporada 1945-46. El equipo había sido conformado por la iniciativa de personajes como Enrique Ayala Medina y Paul C. Probert, quienes llevaban al menos dos décadas fomentando la práctica del deporte en Nuevo León.


Enrique Ayala Medina, uno de los pioneros en el futbol profesional en Monterrey.

En 1943, la Liga Mayor había fusionado a varias ligas regionales, conformando así una liga de carácter nacional.

Dos años después, el futbol profesional llegó al norte con la inscripción de los equipos Tampico y Monterrey.

En aquel entonces, no existía en la ciudad de Monterrey un estadio adecuado para la práctica del futbol.

El béisbol vivía una época dorada en la ciudad, sobre todo a raíz del campeonato obtenido por el equipo de béisbol Monterrey (hoy Sultanes) en 1943 de la mano del mánager cubano Lázaro Salazar.

En contraste, el futbol llevaba apenas un par de décadas practicándose en la ciudad pero estaba lejos de ser el deporte más popular en el norte del país.

Existía un parque deportivo construido por la Cervecería Cuauhtémoc en el que se realizaban, desde 1917, toda clase de actividades deportivas, pero en especial béisbol: el Parque Cuauhtémoc, el cual estaba ubicado en la Calzada Victoria esquina con Av. Cuauhtémoc).

Desde 1940, el Parque Cuauhtémoc contaba con luz artificial para desarrollar partidos nocturnos.

Sería en ese parque de béisbol en el que el Club de Futbol Monterrey disputaría su primera temporada de liga en 1945-46.

El equipo debutó el 19 de agosto de 1945 con un triunfo en casa sobre San Sebastián.

En la jornada 2, el Monterrey perdió en su visita al equipo Moctezuma (en Orizaba, Veracruz).

En la jornada 3, nuestro equipo cayó en casa ante el América. En la siguiente semana, el Monterrey debería viajar a Guadalajara para enfrentar al Oro de aquella ciudad.

En el trayecto por vía terrestre hacia la capital de Jalisco, el autobús del Monterrey se detuvo a cargar gasolina en San Juan de los Lagos, Jalisco.

En ese sitio ocurriría la peor tragedia en la historia del futbol mexicano: una chispa desató una explosión y el consecuente incendio en el que viajaba nuestro equipo.

Algunos jugadores tuvieron la fortuna de estar afuera del vehículo pero el resto intentaba dormir.

Las llamas abrasaron casi por completo el autobús.

Como les fue posible, jugadores como José “Che” Gómez, sacaron a todos sus compañeros arriesgando su vida.

El saldo fue de varios jugadores con quemaduras graves, entre ellos el mismo “Che” Gómez.

Varios de esos jugadores pudieron recuperarse y volver a la actividad meses después, pero otros no lograron volver a jugar futbol.

El peor saldo lo sacaron dos jugadores: Guillermo “Cuadros” Vidal y el costarricense Enrique Lizano, quienes semanas después perderían la vida.

Tras el fatal accidente, y sin contar con grandes recursos económicos, la directiva contempló solicitar su baja a la Liga Mayor.

Los distintos equipos del futbol mexicano tomaron la decisión de apoyar al Monterrey para que pudiera continuar la temporada.

En aquel entonces, no se permitían los cambios en el futbol, por lo que solo once jugadores veían acción cada semana.

Cada equipo contaba con un plantel de más de veinte jugadores, por lo que decidieron ceder algunos jugadores al Monterrey.

Equipos como el Asturias, el Atlante y el América cedieron elementos. De esta manera, al Monterrey llegaron jugadores como Salvador Balderas, Rafael Francisco Zeledón, José Noguera, Enrique Escalada e Ignacio Trelles. Este último pertenecía al América y llegó al Monterrey a finales de septiembre de 1945.

Ignacio Trelles, el sexto de izquierda a derecha en la fila superior, reforzó al Club de Futbol Monterrey en 1945.

El técnico del equipo regiomontano, Manuel Galán, no dudó en alinear a Trelles desde el primer partido en el que fue posible.

Trelles, quien se desempeñaba como mediocampista, debutó con la playera azul y blanco del Monterrey (aún no existía la de rayas) en el Parque Cuauhtémoc el domingo 30 de septiembre de 1945, cuando el Monterrey recibió al poderoso equipo Club España, escuadra en la que jugaba el goleador más temible de la época: el español Isidro Lángara.

Como era de esperarse, el cuadro albo de la capital venció a un improvisado equipo Monterrey por marcador de 1-2.

El resto de la temporada fue un suplicio para el equipo regiomontano. Lesiones, derrotas, falta de recursos económicos, viajes largos cada dos semanas en autobús (y por carreteras menos confortables que las que hoy conocemos), entre otras adversidades, tuvieron que enfrentar los jugadores del Monterrey.

A pesar de todo esto, la figura de Ignacio Trelles destacó como uno de los jugadores más constantes durante esa aciaga campaña.

Desde su llegada, “Nacho” Trelles participó en veinte de los veintisiete partidos restantes de la temporada.

Además, y de acuerdo a las crónicas, fue uno de los elementos que en cada partido demostró más carácter y garra para disputar cada balón.


Un recorte en el periódico recuerda el duelo entre el Club de Futbol Monterrey y el Asturias.

La prensa destacó el futbol de Trelles en partidos muy disputados como el que el Monterrey perdió 6-5 en la Ciudad de México ante el Asturias.

De igual forma, y aunque no anotó gol, Trelles fue clave en algunas de las victorias del equipo como las que se obtuvieron sobre el Marte en el Parque Cuauhtémoc y en los dos triunfos que el Monterrey logró como visitante frente al San Sebastián y frente al América.

Tras el final de la temporada 1945-46, todo indicaba que Ignacio Trelles sería uno de los elementos que continuaría con el equipo para la siguiente temporada, pues estuvo presente en los primeros entrenamientos de la pretemporada.

Sin embargo, la directiva del Monterrey tuvo que aceptar que no contaba con los recursos económicos para continuar adelante por lo que solicitó su baja temporal de la Liga Mayor.

El equipo no volvería a participar en el futbol profesional sino hasta 1952, cuando, de la mano del Dr. Carlos Canseco, se fundó un nuevo equipo Monterrey, ahora bajo la razón social de Asociación Deportiva Monterrey.

Respecto a Ignacio Trelles, una fuerte lesión lo obligó a retirarse muy joven como futbolista en 1948, cuando jugaba para el Atlante.


Ignacio Trelles, el sexto de izquierda a derecha en la fila superior, se convirtió en titular indiscutible con el Club de Futbol Monterrey.

La lesión le impidió volver a pisar las canchas como jugador y comenzó a preparase como director técnico.

Trelles fue un personaje sumamente inteligente y observador. Sus años como futbolista le habían permitido aprender como pocos los secretos de este deporte.

Debutó como técnico en 1950 dirigiendo al desaparecido equipo Marte, al que hizo campeón del futbol mexicano en 1953-54.

En la siguiente temporada pasó al Zacatepec, equipo al que también llevó a la gloria en dos ocasiones: 1954-55 y 1957-58.

En ese equipo dirigió a jugadores que tiempo después se convirtieron en directores técnicos exitosos, al poner en práctica lo que su maestro Trelles les enseñó: Raúl Cárdenas y José Antonio Roca.

La leyenda de Trelles continuó engrandeciéndose con dos equipos más: el Toluca (equipo al que le dio sus primeros dos títulos de liga: 1966-67 y 1967-68) y al Cruz Azul (1978-79 y 1979-80).

Dirigió a muchos otros equipos, como al América y al Puebla. Además, fue el técnico de la Selección Mexicana durante los mundiales de 1962 y 1966.

De su mano, México logró su primera victoria en Copas del Mundo, cuando el equipo nacional venció a Checoslovaquia el 7 de junio de 1962 en Viña del Mar, en la Copa del Mundo Chile 1962.

Siete títulos de liga, varios de Copa, de Concacaf y dos participaciones en los mundiales y más de mil partidos dirigidos convirtieron a Ignacio Trelles en una de las más grandes leyendas en la historia del futbol mexicano.

Trelles falleció este miércoles 25 de marzo a los 103 años de edad.

Su paso como jugador tiene un lugar especial en la Historia del Club de Futbol Monterrey Rayados por haber aceptado venir a reforzar al equipo, en un momento en el que el Club se encontraba moralmente destrozado tras el terrible accidente de San Juan de los Lagos.

Trelles no dudó en defender los colores del Monterrey con todo el honor posible. ¡Muchas gracias por haber sido parte de la Historia del Monterrey!

Descanse en paz, Ignacio Trelles.

Alberto Barrera-Enderle

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